La minería
peruana antes del siglo XX
Perú, país minero. Es común
mencionar que el sector minero ha sido el que más ha contribuido a la economía
peruana a lo largo de la historia. En torno a él se organizó la economía en la
época de la colonia, fue el sector más importante y se mantuvo presente aunque
desarticulado a inicios de la república, se impulsó fuertemente como enclave en
el Sg.XX y actualmente está liderando a los sectores económicos peruanos en la
etapa de globalización.
Referencias lejanas: La Colonia
Luego de la conquista española, la
economía colonial se organizó a partir de la extracción y remisión a España de
las riquezas mineras, principalmente la plata y en menor medida el oro. Los
minerales provenientes del Nuevo Mundo permitieron la supervivencia y el
desarrollo de Europa. Esto se dio en toda la región y principalmente se tuvo en
áreas de difícil acceso.
En México, minas de Zacatecas
(descubiertas en 1546), Sombrerete, Parral, estaban muy al norte, en unas
mesetas desérticas donde vivían indios belicosos y seminómadas, que atacaban
invariablemente a quienes penetraban en sus dominios. En los yacimientos
mineros de plata de Guanajuato fue más favorable el asentamiento, lo que generó
un importante desarrollo agrícola en las zonas circundantes.
Colombia tenía oro, en Antioquía,
Popayán; y también Ecuador, en Zaruma.
Comparativamente, las minas de
oro y plata de Potosí, actualmente en Bolivia que en ese entonces no existía
sino era parte del Perú, quizá son la más destacada muestra de la explotación
del indígena convertido en trabajador minero.
Estas minas fueron del Perú hasta
mediados del siglo XVIII, pasaron a ser parte del Virreinato de La Plata; y,
luego en la independencia, por estar en el Alto Perú, se constituyeron como
Bolivia. Eso fue a principios del siglo XIX, cuando Simón Bolivar, que
impulsaba la Gran Colombia, buscó minimizar al Perú y separó a Bolivia dándole
su nombre.
El Perú colonial
En los tres siglos de
colonización española la economía tuvo una organización diferente a la pre
hispánica. A nivel local, para abastecer a las ciudades mineras, surgieron
explotaciones agrícolas y ganaderas alrededor de ellas y para dar salida a la
producción se construyeron caminos que las unían con los puertos de embarque.
Antes, la economía era
colectivista y centralmente agrícola. Había un importante desarrollo
tecnológico en aspectos como el manejo del agua, la investigación agraria, las
obras de ingeniería. Las subsistencias abundaban, la población crecía. En lo
escarpado de los andes se vivía con integración de pisos ecológicos, migrándose
estacionalmente a las alturas en los meses cálidos o bajando al calor de los
valles en invierno.
En la colonia, esta migración
golondrina dejó de darse, quedándose muchos de los nativos en las alturas para
evadir a los españoles. La conquista y el asentamiento de la nueva sociedad
ocasionaron la caída brutal de la población indígena. De unos 10 millones de
personas indígenas en todo el imperio incaico en 1525, se llegó a 8 millones en
1570, se redujo drásticamente hasta a 1.9 millones hacia 1650 y a 612 mil en
1754 (Kapsoli, 1983). Las causas de este despoblamiento fueron múltiples, tales
como las guerras, los maltratos, el trabajo forzado, y también las epidemias de
viruela y sarampión.
En este entorno, es importante
destacar el trabajo forzado en las minas y ello se aprecia mejor viendo el caso
de Potosí.
§ Las minas de Potosí
La gran mina del Potosí,
descubierta en 1545, estaba a 4.700 metros de altura, en pleno altiplano
andino, donde no había animales, ni casi vegetales.
Por las condiciones de trabajo,
el problema principal de la minería era la falta de mano de obra. Al inicio de
la colonia y ante el descubrimiento del potencial minero de Potosí, la
respuesta del Virrey Toledo (1569-1581) fue la creación de la mita. Se
necesitaban trabajadores mineros y se creó el trabajo minero obligatorio y mal
remunerado llamado Mita. Los indígenas de 18 a 50 años, debían ir de sus
comunidades a las zonas mineras, en forma obligatoria, cada 7 años; radicar ahí
durante un año y trabajar en la mina por una semana de cada tres. Esta fue la
norma de que dio el Virrey.
En los dos siglos que se
explotaron las minas de Potosí, la duración del trabajo pasó de cada 7 años a
cada 5 años, luego a cada 4 e incluso a cada 2 años, por el despoblamiento de
las provincias alto andinas. Los indígenas, como ya conocían que era la mita,
emigraban para evitar las condiciones de trato donde muchos encontraban la
muerte. Según unas historias, ante la insuficiencia de mano de obra, se retuvo
a los indígenas e incluso hubo unos que nacieron dentro de esas minas,
crecieron, trabajaron y murieron ahí, sin llegar a conocer el aire libre. Luego
de dos siglos, con la decadencia de Potosí, la mita fue abolida.
§ Las minas de Huancavelica
Hacia la sierra central del Perú
se encuentra Huancavelica.
Para procesar el oro y la plata
se emplearon sistemas de molino y amalgamación; y para eso se necesitaba
mercurio (azogue). En otra parte del actual Perú, en Huancavelica, se tuvo la
famosa mina de mercurio de Santa Bárbara, con yacimientos que también se
encontraban a gran altura, entre los 3.800 y 4.400 metros sobre el nivel del
mar.
El azogue de Huancavelica,
descubierto en 1566, se utilizó especialmente para la producción de la plata de
Potosí, aunque también se hicieron envíos a México cuando la ocasión así lo
exigió. A partir de 1657, considerando que Huancavelica ya no producía
cantidades suficientes de azogue, el transporte a Potosí se hizo desde Europa
por Buenos Aires.
Santa Bárbara fue llamada también
la mina de la muerte. Se hizo una excavación extensiva y encima se construyó la
ciudad sin las debidas precauciones, lo que originó un derrumbe en el año de
1,786 y la ciudad se hundió. Dentro de sus socavones murieron más de 2,000
personas entre indios y españoles.
La minería en el siglo XIX
§ La minería en la época de
independencia
La otra zona de desarrollo minero
fue la sierra central pero, luego de Huancavelica, la actividad minera en esta
zona se expandió a fines de la colonia, cuando la mita ya era tema del pasado.
Al momento de la independencia,
la minería peruana no estaba coyunturalmente en un buen momento. No obstante,
era el principal rubro de exportación en 1820 y, largamente, la principal
fuente de ingresos (74%) de la Tesorería General de la República.
§ La minería de la sierra central del
siglo XIX
Colindando con Huancavelica se
encuentra Junín, donde actualmente está la ciudad de Yauli-La Oroya, y luego
Cerro de Pasco, donde se encuentra el asiento minero más alto del mundo.
La república, en sus inicios,
tuvo una emergente burguesía agrario-minera, que había combatido para romper el
sistema de los monopolios coloniales. Las principales bases de estos sectores
estaban en la sierra central del país (Cerro de Pasco, Yauli, Huarochirí,
Yauyos).
La producción minera crecía en la
primera mitad del siglo XIX y, en la sierra central, los nuevos propietarios
principalmente fueron, primero criollos nativos y crecientemente ingleses.
El principal centro minero del
país de esos momentos fue Cerro de Pasco. Ahí, la fuerza de trabajo no se obtuvo
con la mita sino con el enganche, que surgió en diversas actividades y partes
del país desde mediados del siglo XVIII y que adquirió presencia en la
legislación a fines del siglo XIX e inicios del XX.
El enganche era una coacción
económica y no político - administrativa, como la mita. Era otra modalidad de
reclutamiento de mano de obra más acorde con la época.
El enganche operaba de la
siguiente manera: Crecían las relaciones mercantiles. El indígena tenía deudas,
generalmente porque alguna persona lo había explotado en su aldea natal.
Llegaba a sus tierras un enganchador, que le ofrecía un trabajo en la mina y le
adelantaba un pago para que cancele sus deudas, garantizado con la hipoteca de
sus tierras. El indígena aceptaba y, una vez en el centro minero, quedaba
atrapado por una red de mecanismos y sanciones que aumentaban sus deudas. Al
final, estaba obligado a trabajar mucho tiempo más de lo previsto para
cancelarlas, constituyéndose este en un sistema de esclavitud por deudas muy
conocido en la Europa hasta el Siglo XVIII.
Si bien las relaciones
mercantiles favorecían el enganche y se desarrollaron en muchos lugares del
Perú, tuvieron mayor amplitud en la sierra central, por no estar tan atrasada.
Las otras zonas andinas eran menos mercantiles.
§ Cerro de Pasco
En la sierra central peruana está
situada la ciudad de Cerro del Pasco, a 4,348 metros sobre el nivel del mar,
lugar donde se encuentra la mina a tajo abierto más alta del mundo.
En esta sierra central, pasada la
mitad del siglo XIX, la producción de plata continuó llevándose a cabo, pero en
pequeñas unidades productivas de tipo familiar que tuvieron entre 20 a 40
trabajadores en promedio. Dado lo inhóspito del clima de Cerro de Pasco, por su
altitud, se extraía el mineral de la mina y se llevaba más abajo, a “haciendas
mineras” en las quebradas cercanas, para molerlo. Se facilitó así el desarrollo
complementario de la actividad ganadera. De ahí que se hable de que en la zona
existía una burguesía agro-minera.
Ahora bien, las unidades
productivas mineras más grandes de esta zona no alcanzaron un nivel de
capitalización suficiente como para modificar la dinámica de la economía. Para
un despegue autónomo, se requería una muy elevada inversión en infraestructura
que supere lo agreste de la geografía, y ello no se tenía ahí en la segunda
mitad del siglo XIX.
§ El entorno nacional
En el país, a mediados de ese
siglo, primero se tuvo el boom del caucho. Luego el salitre junto con el guano
de islas pasaron a ser nuestros principales productos de exportación. Incluso,
el Perú llegó a tener capacidad para influir en sus precios internacionales. El
problema fue que nuestros principales yacimientos de salitre estaban cercanos a
Chile; y, ciertos intereses ingleses, incentivaron la preparación militar de ese
país, para que neutralice la pujanza internacional que adquiría el Perú.
Esto coincidió en lo político,
luego de varias décadas de múltiples gobiernos militares, con la primera
predominancia civil de la etapa republicana. Los civiles no percibieron la necesidad
de organizar al país para una eventual guerra con Chile mientras que los
chilenos ya tenían cerca de una década de preparación. La guerra se inició en
1879.
Pasado ese momento, la economía
peruana quedó destrozada por el saqueo, los principales yacimientos peruanos de
salitre pasaran a ser de Chile, la situación se agravó por el descenso del
precio internacional de la plata; y, el tejido social y la autoestima peruanas,
durante un tiempo, no encontraron un norte. Supervivió además la tendencia a la
fácil corrupción.
§ La nueva demanda minera
El “norte” articulador, esto es,
la fuerza tractora de la economía peruana provino del sector externo y fue el
acelerado crecimiento de la demanda mundial de cobre. Así como siglos atrás,
con la primera revolución industrial, se introdujo la utilización del vapor; a
fines del siglo XIX, con la segunda revolución industrial, se introdujo la
energía eléctrica; y esto amplió la demanda del cobre, principal conductor de
esta energía.
La bonanza inicial del cobre
estuvo en la década de 1890. Se descubrió que las principales zonas mineras se
encontraban en la Sierra Central, en Cerro de Pasco, en Morococha y en la parte
de Lima con Casapalca. La construcción del Ferrocarril Central del Callao a La
Oroya, que se concluyó en 1893, abarató el transporte del mineral y a los
métodos primitivos de la minería, se introdujo el horno reverbero, tecnología
para fundir cobre de baja ley.
Esta zona por tanto se convirtió
en una buena oportunidad de inversión orientada al mercado mundial sin
inversionistas locales capaces de liderarla.
A fines del siglo XIX, los
mineros peruanos no estaban en condiciones de realizar inversiones de gran
escala. Para llegar a Cerro de Pasco, por ejemplo, donde se hallaban los
principales yacimientos de cobre, se requería construir un ferrocarril La
Oroya-Cerro de Pasco. Y de ahí, un ferrocarril a Goyllarisquizga, para el
autoabastecimiento del carbón requerido para la fundición. Y un túnel de
drenaje del agua de mina. Y la construcción de una fundición, lo suficientemente
grande como para captar el abastecimiento de mineral de la región. Y plantas de
electricidad. Era demasiado para la falta de suficientes capitales nacionales.
En esos momentos, la fama del lugar atrajo a los inversionistas norteamericanos
y su presencia en esa zona se inició en 1901, junto con el inicio del nuevo
siglo, el siglo XX.
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